04 Oct Analizan el contrato que une a sol como feeder de aerolíneas argentinas
Aunque las negociaciones habían comenzado mucho antes, el 1º de septiembre Sol Líneas Aéreas y Aerolíneas Argentinas firmaron un convenio por el cual la primera se convertía en feeder de la segunda. El modelo de negocios es bastante común en el mundo, aunque cuando lo intentó Aerolíneas (Southern Winds, Aerolíneas Express (Aero Vip), etc.) nunca terminó bien. Es obvio que lo que falla no es el modelo. Para Sol este acuerdo hacia el final de la administración de La Cámpora en Aerolíneas era una tabla de salvación arrojada por el Gobierno y por APLA que no querían en un año electoral cierres y despidos. Tampoco cargar con la culpa por el fracaso de la empresa regional ya que es obvio que nadie puede sobrevivir en un mercado donde una sola de las compañías recibe subsidios -unos U$S 600 millones al año- pero que además fija las reglas de juego y las tarifas. Con el contrato en la mano, los dueños de Sol, conocidos empresarios rosarinos, se abocaron a conseguir un inversor que les permitiera pasar de los turbohélices de 34 plazas a aviones jet de 50. La española Air Nostrum -feeder de Iberia- se comprometió a aportar seis CRJ 200 y apoyo tecnológico a cambio del 49% de las acciones de la compañía argentina. Tres aviones llegaron antes de fin de año y otros tres están comprometidos antes de junio. Vuelan las rutas que se acordaron con Aerolíneas. Sol cobra por volar y Aerolíneas corre con los riesgos o beneficios de la comercialización de los mismos. Habría ahora algunos atrasos en los pagos. Ahora revisan nuevamente los contratos. En detalle. Los contratos estarían bien, aunque siempre se pueden mejorar. El problema es la fecha en que se firmó el acuerdo (pese a que venían hablando desde noviembre de 2014 cuando Sol advirtió sobre sus problemas): tres meses antes del cambio de gobierno. La llegada de Mauricio Macri en lugar de Daniel Scioli al gobierno trastocó los planes.